Cuando marcan las 4 am y no puedo dormir me doy cuenta de los problemas que tengo con mi horario, mi escasez de cansancio y por lo tanto de sueño.
Hay madrugadas en las que me dejo cautivar por el mundo de las protagonistas de la serie Sexo en NY y me imagino hiendo a fiestas, inaugurando restaurantes y conquistando corazones.
Me encanta la independencia; ver a las chicas fumando sin preocupaciones a las tantas de la noche, escuchando música, bebiendo una copa de champan o de vino y escribiendo me parece un lujazo.
A veces me pregunto ¿Es buena la soledad? A mucha gente le aterra la idea de encontrarse sola en su casa pero yo, sin embargo, siento que no hay nada como llegar a tu casa donde nadie estará ocupando ese rincón tan deseado del sofá, ni apoderándose del mando.
Mientras tanto, me encuentro sentada en mi cama un tanto preocupada por el hecho de que mi padre no se despierte y vea mi luz encendida, algo que a la hora del desayuno sacará como quien no quiere la cosa, reprochando que aún estaba despierta a las tantas de la madrugada.
Joder, ahora mismo pillaría un buen pedo a base de una botella de champan francés aun sin estrenar, además de bailar descalza al son de Etta James (At last).
Odio no tener una carrera profesional que me de un buen trabajo, el cual me dará esa independencia salarial que tanto necesita una chica de 20 años.
Hola dice mi realidad, que fastidio.

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